Sé que incluso ahora me puedes ver.
Nebuloso como un recuerdo fragmentado que te rehúsas a aceptar.
Y piensas que es solo tu imaginación, que esto es parte del exceso de pastillas y de todo lo que te dijeron que no hagas de joven.
Y aún no significas nada para mí.
Ni te imaginas el aire helado que se desliza por debajo cuando decides recluirte en tu pedazo de silencio.
No ves nada y lo sabes.
No escuchas porque alguien te llena los oídos con melodías sin sentido que vienen del fondo, y te arrastras por instinto, que es más fuerte que la razón, aquella que perdiste hace dos segundos y vuelas.
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