lunes, 30 de marzo de 2009

Niña

Se trata de encontrar un punto medio entre lo que es real y lo que aparenta serlo. “Estoy bien”, dijo la niña y se secó las lágrimas cuando nadie estaba viendo. Caminó en línea recta hasta el otro lado de la acera mientras contaba uno a uno sus pasos sin apenas mirar el suelo; le habían enseñado a no tener miedo. Pero lo que no aprendió en ocho años no lo lograría en tres segundos, o tal vez menos. Pasó por su lado otra niña como ella pero nacida en otro mundo, y le sonrió amistosamente. La niña intento llamarla y pedirle ayuda pero no podía emitir sonido alguno: se había quedado muda. Se le ocurrió que si tan solo pestañeaba se iba a quedar ciega y decidió no volver a cerrar los ojos jamás.

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